El día 9 de abril se celebra la primera Exposición Imperfecta, un recopilatorio de cuadros elaborados a partir de fotografías Polaroid que han sido transferidas a papel. Belén Martínez es la autora de las fotografías y creadora del proyecto artístico ‘Mi cámara retro’, una vuelta al arte fotográfico analógico.

La idea que prima sobre toda la exposición es “la belleza de lo imperfecto”. La autora pretende mostrar la pérdida del control digital que todos tenemos en estos días con nuestros móviles o cámaras digitales, donde una foto es algo gratuito, inmediato y viral. La vuelta al mundo Polaroid, que siempre ha estado en un segundo plano a medida que evolucionaba el mundo de la fotografía digital, es una explosión de sentimientos y sensaciones que congela momentos vitales aleatorios con fotografías únicas e irrepetibles. Sin negativos, sin copias, sin móviles… Una reconstrucción de cada foto en un trozo de papel donde perderse un instante entre sus líneas imperfectas, colores alterados y roturas de moldes.

Durante estas semanas la segunda planta de El Espolón de Comillas tendrá sobre sus paredes más de 60 cuadros con el color como protagonista. Algunas más abstractas, otras más definidas, todas estas obras tienen un denominador común: la imperfección como belleza.

Lo retro está de moda, y no es solo una moda pasajera, es un universo que se mueve de manera paralela al digital. Igual que el estilo hipster atrae, la fotografía analógica cada vez está siendo más conocida por la gente joven que empieza a descubrir la belleza de la espera, de la imperfección, de la materialización del momento, y de las técnicas de revelado, todo un proceso que aunque no es artesanal puro, sí es mecánico y muchas veces incontrolable.

Asumir que la vida es imperfecta es lo que lleva a Belén a realizar esta exposición, donde imperfección es sinónimo de autenticidad, de belleza pura y de admiración por lo insondable.

Palabras de la autora Belén Martínez para describir su experiencia:

“Un rincón de una calle, una flor perdida en una acera, una mancha de humedad en la pared o el viento entre las hojas de un árbol… Los momentos más sencillos son mis preferidos para hacer fotografías instantáneas.  No hay anticipación, ni se testea cómo va a ser el resultado final, es todo pura improvisación. Por eso me fascina este tipo de fotografía, porque consigo hacer del caos mi aliado.

Veo las fotografías Polaroids como pequeños instantes congelados que se hacen eternos, fotogramas de momentos que me enseñan lo especial que es la vida, eso que pasa por delante de nuestros ojos y que no valoramos. Cada fotografía es un momento que queda para siempre en la retina.

Con el móvil podemos hacer fotos de prácticamente todo, y por eso el reto de hacer fotografías a la «vieja usanza» se ha convertido para mi en un reto. Pasar a papel cada imagen, sin saber si va a salir o no, si va a querer acompañarme o va a desaparecer, hace real lo etéreo. Podemos tocar con las manos y también tocar con los ojos, cada fotografía convertida en cuadro ha sido manipulada por casi todos los sentidos.

Frágil y sensible, ese es el alma de la fotografía instantánea, pero su corazón es fuerte y resistente. En un mundo rápido y digital, la fotografía Polaroid congela el tiempo y hace que abramos más los ojos, que nos llegue toda su imperfección a esa parte del cerebro que conecta con el alma, ese lugar que nos dice lo que es real y lo que «queremos querer».

¿Quién quiere perfección pudiendo tener hermosura imperfecta? Hay que mirar dentro de cada instante para conectar con un momento especial que durará para siempre, en este y en todos los multiversos posibles donde el escenario sea a la vez protagonista, público y telón.”

Fechas: del 9 de abril al 31 de mayo

Lugar: Centro Cultural El Espolón de Comillas (Cantabria).

Autora: Belén Martínez Hernández – Mi cámara retro

Web: www.micamararetro.com

Contacto:

Belén Martínez Hernández

Email: hola@micamararetro.com